Pablin

Un 17 de marzo de 1947, tempranito en la mañana, nació Pablo Aníbal Roggiero Guerrero. Para quienes tuvimos la suerte y placer de conocerle, nuestro querido Pablín; Homeópata de profesión y soñador por naturaleza.

Su vida llena de anécdotas y su sonrisa, que era capaz de reconfortar cualquier mal, lo hacían todo un personaje. Era imposible no contagiarse de la emoción que ponía en cada una de las cosas en las que se involucraba, hasta comerse el pan más simple tenía otro sabor a lado del Pablín.

Muy importante fue el futuro y educación que queda para sus hijos, no le bastaba con que supieran leer, escribir, las cuatro operaciones básicas, quería más, esperaba que se desarrollarán como buenos seres humanos, con principios claros de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que fuera tan importante el saber sumar, como clavar un clavo o freír un huevo. De ahí nació un sueño, quería un espacio en que los niños, no sólo los suyos, se pudieran desarrollar con estas bases, que crecieran aprendiendo a valorar y respetar su entorno y a sí mismos.

Así, 1989 es el año en que se hace realidad el sueño, junto a madres y padres de familia se construye una “escuelita de garaje”, como él la solía llamar. Este espacio se consolidó lleno de sueños, soñadores y retos.

De aquel día a hoy han pasado ya 27 años, la primera piedra y la pequeña casa con un solo patio en que todo se inició, son ahora unos de los más lindos recuerdos. Hemos crecido y con ello hemos adquirido nuevos sueños y más responsabilidades, se creó la Fundación y nuevos proyectos. El reto más grande, hay que seguir adelante sin dejar de soñar, fortaleciendo todo aquello en que este sueño nos hace creer… poder cantar a viva voz, aquella canción de Sinatra que me recuerda tanto al Pablín.

… I have lived a life that is full.

I have traveled each and every highway;

And more, much more tan this,

I did un my way…

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